Miles de Hispanos perdieron mucho dinero por estafa. La estafa se trataba de vender tabletas electrónicas para que los inmigrantes aprendan inglés y después les inventaban deudas. Un comunicado dio a conocer que las víctimas pagaron alrededor de 15 millones de dólares por las amenazas de deportación o cárcel que recibían.  Los estafadores buscaban a inmigrantes recién llegados especialmente de México y Centro América y que también sean recién llegados a Estados Unidos.  Se dice que buscaban este tipo de personas por ser más vulnerables y susceptibles a caer en un fraude.   Uno de los estafadores dijo que se hacían pasar por trabajadores sociales que ofrecían las tabletas para que aprendan inglés. Después que la persona aceptaba comprar la tableta los llamaban para acosarlos, decirles que tenían que pagar por el envío del aparato, y que tenían que pagar para evitar que los demanden o que los deporten.  Este fraude tenía toda una red de personas detrás, incluyendo personas que se hacían pasar por abogados de la empresa de envíos, supuestos agentes federales estadounidenses y representantes del “juzgado de delitos menores”. Las denuncias de las víctimas ayudaron a las autoridades a desmantelar a esta banda internacional de estafadores, integrada por siete propietarios de centros de llamadas en Perú y cuatro operadores de centros de distribución que procesaron pagos y facilitaron el fraude en Estados Unidos.[FUENTE]